09 febrero 2011

Minerva

Yo sí se porque lo imaginaste.

Quién finge ser reloj,
cuando las horas son una chorrera de idiotas,
que abrazados y entre hipos,
van cantando coplas a ese par de sonrisas.

Hay algo que les brilla opaco,
que no se ve, pero que se oye...
Eso es, un sonido fulguroso,
dos hilos en uno, que hacen temblar.

Y nosotros, tranquilos y mansos
las tomamos con ambas manos, como el agua mas transparente.
Es que a través se ve tanto, que no podemos hacer mas que parar...
Que parar y ver.

Como nos embriaga la belleza de aquello tan insólito,
que estar muy solos, pero bien juntos.

Si existe un Dios,
Que me rodeé de gente que cante.


Para ustedes, de mi y seguro de él.

1 comentario: