05 enero 2010

¿Que le pasa al mundo, que no llora?


"Y entre hojas secas del otoño,
la vi descender despidiéndose apacible
y las gotas sobre ella caían sin dejar rastro.
Parecian no querer cometer mi error:
Dejar en ese cajón, con ella,
el espíritu, la riqueza...
mi semblante murió allí.
Pero la vida nos da amarguras
como el jardinero que prepara y abona la tierra.
Para solventar la aridez
del suelo nunca utilizado
es necesario un jardinero, o una muerte,
que lo remueva y lo reubique.
Luego, es necesario agregarle necesarios desagrados,
Sea abono, Sean llantos.
Y luego, se la debe dejar reposar.
Debe dejarse al tiempo en oscuridad
y en quietud.
¿Sabes cual fue el abono?
El mundo no dejo de girar.
La gente aún recordaba como reír, más yo no.
El mundo se tornaba para sí,
dándole la espalda a todo lo que se fué con esa mujer.
Sus hijos, Sus padres, Sus sueños sin cumplir
las cosas que "algún día" ella haría, se perdieron.
Ya el después era no más que una broma de acidez enervante.
Aquello que sólo ella tenia, su pasado,
se transformó en vagos recuerdos,
formando parte de otros pasados,
que quizá con la misma paz
desaparecerían tras una pulgada de caoba.
¿Que le pasa al mundo, que no llora?
¿Es que acaso no se dan cuenta lo que acaba de suceder?
Se ha muerto una madre, amiga, hija, cómplice,
autoridad, disgustos, euforias,
y tu aún te atreves
acaso OSAS ser feliz.
El diluvio pudo esconderse tras mis lagrimas
que superaban aquel cielo desesperanzador
y cuyas gotas sólo querían enseñarme
que en la vida, hay dias calidos, frios, ventosos o neblinosos.
Pero a todos nos llega el día de la Tormenta."

Concluyó la mujer que reemplazo al hombre joven.
Entre llantos y negros ropajes,
termino de ofrecerme desesperadamente
el otro extremo de su pesadumbre,
la cual llevaría con silencioso gusto.

'Oíga dama.
Las Tormentas solo sirven
para querer días soleados
o para olvidarse del mundo
y esperar que la tormenta nunca cese.
Dígame, ¿Que quiere usted?
El Mundo vivió mas muertes
que almas sostiene justo ahora.
Y nunca se detuvo.
¿Que la hace a usted, a su Madre especiales?'

Mostró como sus mejillas se retraían en un sonreír.

"Que yo he admitido que mi madre no ha de volver.
y que ella se ha ido,
sabiendo que no regresaría"

Y juntos,
contemplamos las pocas gotas
que aún caían de los árboles sobre la Banca.

'No la verás,
mas la seguirás oyendo,
y la sentirás en los espejos.
Ya que en tí yacen su sueños
como en tus hijos yacerán los tuyos.'

Pudo relajar el rostro
y con ojos cristalinos preguntó:

"¿Tienes hijos acaso?"

'No -respondi-
mas tampoco tengo sueños,
ni mios ni de nadie.
Los sueños son aquellos que se cumplen
cuando ya no puedes hacerlos.
Yo ya los alcancé todos'

Mas allá de no haber recibido con agrado la afirmación atrevida
me miró y me susurró.

"Y yo que me sentía desgarrada
y veía un sin sentido.
Por lo menos yo tengo una razón
para esperar que el mundo se detenga
y no pueda ser feliz sin mi consentimiento.
Triste."

' "Triste" es la palabra mas suave
que podría haber esperado'

Sonrei.

Y en ese momento nos presentamos.
Y le conté de mí.