30 julio 2012

Más que Viento

Si volasen los arroyos no entenderíamos nada.
Si crecieran las rocas poco podríamos hacer
porque nuestra cordura se perdería en el vagar.
Entonces, ¿qué sorpresa nos retiene?
¿Qué es aquello que nos liga al cemento quebradizo y nos dice que no hay momentos para volver? ¿Qué es lo que nos olvida recostados, y nos convence que no existen las cosas mayores que nuestras propias mejillas?

Es el vacío, eso es. Viento rugiente que nos rellena los vínculos. Es lo que hay entre las grandes certezas que nos mantienen unidos. No son férreas cadenas o pegamentos eternos. Es simple viento invernal, y nosotros tan tranquilos.

Si nos dijeran que lo que nos vuelve sanos es simple viento, dejaría el aire de ser aire y sería una nada destructiva. Porque necesitamos creer que el vacío es viento, y que el viento une.

Porque lo único que nos mantiene enteros, es creer que lo estamos.