16 mayo 2010

Espacio

"Algo no está bien,
pues nadie está sentado en esta banca,
además de mí.
Aquí se sentó aquel
cuya vida le mostró algo nuevo,
aquella que entendió algo,
que no todos entienden.

Se sentaron humanos,
que supieron existir con mas razones
que sólo hacerlo.
Aquí me enriquecí con fuerza,
con robustez,
y me abracé a todos aquellos
que sin quererlo, o quizás haciéndolo
eran parte de esto mio a lo que los bellos,
a lo que los entusiastas,
a lo que los optimistas,
llaman Alma.

Más hoy solo,
presto el oído a mi respiración
y no más.

Nadie se sienta ya,
nadie comparte.
Cada uno con su pequeña viruta,
se niega a sí mismo el fuego,
porque Quema.
Pero se olvidan,
y es algo que yo no he hecho,
que cuando la viruta arde
arden también los malos hábitos,
y se da lugar a toda clase de bien.
Y aquí yo y mi monton de ramas,
aguardan alguna llama que abarque,
que simbolize, borre y reemplaze.

Pero la gente aún camina,
aún habla por celular,
y aún se quejan de sí mismos.
Pues lo que los rodea
no es mas ni menos de lo que han hecho,
de su voluntad, y de sus logros.

No hay Manos que no salven,
ni bocas que no alegren.
Si no estás a salvo,
y no estas alegre,
hazte quitar las manos y la boca.
Porque ningun otro uso merecen.
El que sabe hacer,
recibe de una u otra manera.

Sin embargo el corazón
no se les puede sacar
a los que junto a la banca caminan.
Porque aunque no lo sepan utilizar,
es necesario para aprender a amar.
Y sin saber amar,
no existe gente que va,
sino cuerpos que deambulan.

Ahora vos,
que me oís,
¿Te querés sentar?"

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